Volteaste a verme y preguntaste
que busco, que quiero de ti.
Solo un mundo de tu fina luz,
amarte y libertad darme.
Canta conmigo, no expliques más,
canta conmigo, Madonna
de sombría paz.
Dejame ser para ti: el escultor
de las pasiones, el
pintor
de las ilusiones;
aunque parezcan lejanas
o perdidas, iré tras
ellas.
Toma mis suaves manos, siente
mis helados y pálidos
dedos;
soy la noche oscura y
el principio del cosmos.
Y vuela conmigo a los campos
fértiles en primavera o
marchitos por el cruel
otoño.
Amor siento a tu lado
y no miento al desear tus
labios ¡Sublime hechicera!
En verdad tu ser me hechiza
no puedo ver cómo me hipnotiza
esta loca fantasía...
Escondiendo tanta grandeza
Canta, canta, canta...
un cántico entre mi Arte
y tu luminoso ser...
¡Cantare en esta rueda
pues solo así a la vida
voy a
volver!
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